Como toda gran historia, esta comienza con la ilusión de un gran hombre y un grupo de mujeres valientes y generosas que quisieron atender a las personas más vulnerables de su tiempo. Tuvieron una mirada amplia y un corazón generoso para atisbar necesidades y lanzarse en la aventura del servicio. Allí donde otros no estaban ellos pusieron tesón y corazón.
Los primeros pasos del Hospital fueron como asilo para niñas huérfanas y pobres. No tuvieron otra gran ambición más que atender a las más desvalidas entre las desvalidas. Y así fue, sin grandes anuncios ni mucho ruido. Con 100 pesetas al mes, de las de 1888, para pagar el alquiler y poner en el centro de la vida el servicio a las personas más vulnerables. Como cualquier proyecto de esta naturaleza fue impulsado con tesón, valentía y mucho esfuerzo y trabajo. De esto último no faltaría. Faltaría de todo menos corazón. Para ello era necesario destinar largar jornadas de trabajo como si el tiempo lo curase todo. Existía cierta urgencia por repetir las mismas caricias de Jesús en tanta niña dolorida y maltrecha por diversas razones No era cosa de corto plazo. Era un sueño que debería prolongarse en el tiempo y traspasar las fronteras.
Un buen día, estando instaladas en la calle Huertas, la Comunidad de hermanas le comenta al Padre Benito que era necesario cambiar de lugar. Les propone acercarse a la Iglesia de la Beata María Ana de Jesús a orar y pedir a la Santa, pues quiere poner bajo su amparo y protección a las niñas. Y de ahí surge el nombre de nuestro actual hospital. Como si nuestro fundador quisiera que aquel proyecto también se mantuviese intacto en el tiempo. Y así fueron los comienzos: humildes y sencillos pero con gran generosidad. Con tan solo doce camas y cuatro cunas para niñas de entre los tres y cuatro años de edad que fueran huérfanas.
Desde aquel momento ya han pasado 130 de hospitalidad. La familia hospitalaria se ha ido adaptando y evolucionado en el tiempo. Hoy somos muchas personas viviendo y haciendo posible que la hospitalidad llegue a más personas en situación de fragilidad. Las necesidades actuales han variado de aquellas del principio pero se sigue manteniendo el mismo espíritu de sus fundadores. A la misma vez ha crecido la estructura de aquel Asilo inicial y hoy somos un hospital de referencia en la Comunidad de Madrid.