Estefanía Rodríguez, logopeda de la Unidad de Rehabilitación Infantil, nos habla del papel de la logopedia en la infancia
La logopedia es una disciplina que ha avanzado a lo largo de los últimos años, pasando de ser poco conocida a tener una relevancia importante en el proceso de rehabilitación, con un abanico de intervención muy amplio. Los logopedas acompañamos el proceso de rehabilitación a lo largo de toda la vida. Y este es el lema de este año en el día Europeo de la Logopedia que se celebra este 6 de marzo, la “logopedia a lo largo de la vida”.
Aprovechando este día tan señalado, no podemos dejar pasar la oportunidad de visibilizar y dar a conocer uno de los trabajos que hacemos los logopedas en la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana en relación con los más peques de la casa. Este es un ámbito de actuación todavía desconocido y, en ocasiones, cuando hablamos de ello, las familias e incluso los profesionales se sorprenden de este ámbito de actuación tan importante y vital para el niño y su familia.
La logopedia, además del trabajo centrado en el lenguaje y la comunicación, cuenta con un ámbito de especialización relacionado con la esfera orofacial y sus funciones. ¿Y esto qué quiere decir? Significa que se dedica a estudiar las diferentes estructuras faciales y sus interacciones con el objetivo de corregir los posibles desequilibrios, crear patrones adecuados, reducir aquellos hábitos nocivos y prevenir problemas futuros. Dentro de esto, la alimentación es uno de los pilares importantes. ¡Qué necesario y qué gustoso es comer! Pero ¿qué pasa cuando aparecen problemas?
Logopedia para solucionar problemas de alimentación
El niño nace y necesita alimentarse desde el primer momento, pero en ocasiones esta alimentación no es tan sencilla como podríamos esperar. Algunas de las causas para estas dificultades provienen del hecho de ser niños prematuros, padecer daño cerebral, síndromes, alteraciones craneofaciales como el labio leporino o retrasos en el desarrollo, entre otras.
Las dificultades en la alimentación tienen una repercusión negativa en el desarrollo del niño, en su relación con la comida, pero también en la familia, que se encuentra con una situación compleja, estresante. No debemos “normalizar” esta situación y esperar que el propio desarrollo del niño o el paso del tiempo vaya a mejorar esta situación, sino contar con un profesional debidamente especializado que atienda, acompañe y guíe a la familia en este proceso, proporcionando las herramientas que permitan una alimentación segura y eficaz, y que le permita ir avanzando en su desarrollo y en el aprendizaje de funciones cada vez más complejas.
Todo esto, siempre, buscando que la experiencia, las reacciones del niño ante el momento de la comida, sean placenteras, al igual que para la familia que le ayuda y le asiste en esta actividad.
No debemos perder de vista que el niño va pasando por diferentes tipos de alimentación, se encuentra en pleno desarrollo y aprendizaje, por lo que podemos encontrarnos con dificultades en diferentes momentos de todo este proceso.
Por ejemplo, podemos encontrarnos con niños que presentan dificultades en el agarre al pecho o al biberón, que no ganan peso, y presentan tomas complicadas. También podemos encontrarnos con niños con dificultades en el paso al uso de la cuchara o el vaso, que les cuesta recoger el alimento, se atragantan al beber en vaso o rechazan algunas texturas o sabores.
Pero también podemos encontrarnos con niños que tienen dificultades para dar el paso a la masticación, que no aceptan estos alimentos, que no saben cómo masticar, etc. Todo esto limita la variedad de alimentación y las actividades sociales relacionadas con ésta, como las comidas fuera de casa, los cumpleaños, el poder quedarse a comer en el colegio… Otro aspecto de gran relevancia y con una repercusión negativa sobre el niño y su entorno son las dificultades en el control de la saliva.
Así, el logopeda especializado en terapia orofacial en la infancia tiene como objetivo poder identificar los posibles trastornos de la alimentación, explicar a las familias las dificultades y su implicación en el desarrollo del niño, orientarles en el correcto manejo de las dificultades, las técnicas y adaptaciones, prever las posibles repercusiones y la evolución, y trabajar en equipo con el resto de profesionales con el fin de atender de forma global al niño y su entorno.
Ponerse en manos de un especialista, clave para dar con una solución
Es importante buscar un profesional formado específicamente cuando se observan este tipo dificultades en la infancia. La atención temprana en las dificultades evita problemas a la familia y una incorrecta evolución, y permite la adquisición de funciones adaptadas y adecuadas.
Los logopedas podemos atender a los pequeños desde que nacen hasta que se hacen mayores. La tendencia que existe en el caso de los niños de esperar a ver si mejora o si lo consigue solo no suele dar buen resultado, y pone en una situación muy compleja al menor y su familia. Debemos desterrar las ideas de “ya comerá” o “ningún niño deja de comer”, e informar a la familia de nuestra función para que puedan contar con el mejor acompañamiento en estas situaciones.
Estefanía Rodríguez, logopeda de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana