El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común entre las mujeres. De hecho, más de 2 millones de mujeres en todo el mundo fueron diagnosticadas en 2020 de esta enfermedad. Los tratamientos con radioterapia de cáncer de mama se dividen en sesiones y, habitualmente, se solían administrar en 15 o 25 sesiones. Sin embargo, durante los primeros meses de 2020 las investigaciones realizadas por Havilland y Murray permitieron conocer la eficacia de los tratamientos ultra hipofraccionados en el cáncer de mama. En el hospital Beata María Ana se comenzaron a utilizar en abril de 2020 y, en la actualidad, se han tratado más de 200 pacientes de forma exitosa en solo 5 sesiones.
Los buenos resultados y la baja toxicidad en el tratamiento de este grupo de enfermas, tratadas en el hospital Beata María Ana, se han conseguido gracias a la precisión de la máquina de tratamiento, al análisis pormenorizado de cada caso por parte del equipo de profesionales y a que son el único centro de España que lleva a cabo estos tratamientos con control espirométrico de cada paciente, es decir, se analiza el ciclo respiratorio de cada una de ellas y la irradiación de la mama se efectúa en ciclos de apnea que controla la propia paciente.
El análisis e investigación sobre los datos obtenidos en estas primeras 200 pacientes ha permitido concluir a los oncólogos radioterápicos del Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer (ITACcC) del Hospital Beata María Ana, que la dosis de radiación sobre otros órganos como el corazón o el pulmón baja hasta el 1 %.
Según Marta Rodríguez, oncóloga radioterápica del Hospital Beata María Ana y una de las principales desarrolladoras de esta investigación, “hay dos ventajas fundamentales a la hora de realizar el ultra hipofraccionamiento del cáncer de mama con análisis espirométricos: en primer lugar, mejora la dosimetría y la planificación del tratamiento, ya que este es controlado por la propia paciente. Y, en segundo lugar, este solo funciona si la paciente se encuentra en estado de apnea y en posición estática, reduciendo notablemente el riesgo de irradiar otros órganos que no sean la mama.”
Además, Marta Rodríguez afirma que otro de los beneficios de este innovador tratamiento es que “pese a aumentar la dosis por fracción de tratamiento y reducir el número de sesiones considerablemente, el grado de toxicidad no aumenta”.
Los análisis espirométricos en el ultra hipofraccionamiento del cáncer de mama
Los especialistas en oncología radioterápica del Hospital Beata María Ana han comprobado que muchas de las pacientes que acuden a estas sesiones de radioterapia ultra hipofraccionada se sienten más seguras que con un tratamiento convencional.
Esto se debe, a que son ellas mismas quienes controlan el tratamiento a través de su respiración. Para ello, antes de empezar la sesión, deben tumbarse en una mesa de tratamiento y mantenerse boca arriba de manera relajada y en una posición estática. Una vez hecho esto, se les coloca una boquilla y unas pinzas nasales para facilitar la apnea, además de unas gafas de realidad virtual en las que ven su propia respiración. La función de estas gafas es mostrar a las pacientes cómo es el flujo de su respiración, dibujándoles a través de unas líneas de colores que suben, bajan o se mantienen estáticas sus movimientos de inspiración, expiración y apnea.
Esto hace que se sientan más tranquilas y relajadas a la hora de acudir a terapia, pues son conscientes de que solo se les está irradiando mientras están en apnea. Y, además, reduciendo el riesgo de dañar otros órganos colindantes como los pulmones o el corazón.
Una vez terminadas las 5 sesiones, las pacientes acuden a revisiones periódicas para que los doctores puedan evaluar cómo ha afectado este tratamiento a su organismo. “Por ahora, hemos tratado a más de 200 pacientes y el grado de éxito es del 100%”, asegura la doctora Marta Rodríguez.